Hola hermano, otro año más, y ya suman 25, una cifra a la que aquí, en la Tierra, llamamos "redonda". No se cómo contais los años los que ya vivís en la paz eterna, quizás, si es cómo aquí abajo, aprovechéis la luz que desprendéis la gente buena para adornar, a modo de velas, esa tarta especial de las celebraciones señaladas. La tuya, la tarta, será una tarta helada, te gustaban y, seguro, te siguen gustando. Estará iluminada, entre otros, por la luz de todos los que te queremos y te añoramos con una dulce nostalgia.
Todos los años, en nuestras cartas, te recuerdo que tú vives en dos Cielos: el de ahí arriba y el de aquí abajo, el de la Tierra que, como sabes, está en los corazones de todos los que tuvimos la fortuna de convivir contigo. Yo en especial, ya que, además de hermanos, fuimos y somos buenos amigos. Pero bueno, es un sentimiento que, a veces, hablando con alguna persona allegada a mi, y que está viviendo la misma experiencia que yo, la ausencia de un hermano, siente lo mismo, añora lo mismo; se nota que los lazos del cariño entre hermanos-amigos son mas fuertes de lo que nos creemos, son eternos
Hoy, me imagino sentados los dos en una terraza, aquí, en Mera, mientras veíamos ponerse el Sol, charlando de nuestras cosas y contando algún secretillo que otro.
Yo doy por descontado que tú, todos los días, rezas un poquito por todos y otro poquito por mi, la verdad es que me siento muy protegido, muy arropado y, últimamente, tengo la inmensa suerte de estar rodeado de personas estupendas. En la carta del año pasado transcribía un fragmento de ese buen periodista, Miguel Ángel Robles, en donde nos avisa del privilegio que es que alguien te quiera tanto como para rezar por ti. ¿Cabe mayor orgullo? ¿existe mayor plenitud que haya una madre, un hermano, un amigo que quiere que el Dios de la gente buena te proteja y te de salud, te ilumine, te ayude, te acompañe y esté siempre contigo? Por eso, todos los años te recuerdo y espero seguir teniendo ese privilegio inmenso que es el estar presente en tus oraciones.
Tengo que apurarme, queda poco tiempo para las doce de la noche, hora en la que empieza a celebrarse tu fiesta , el SAN JUAN y, como es tradición entre tú y yo, la media noche es el momento de publicar esta carta.
Bueno hermano, antes de terminar esta carta, y como ya es tradición, tengo la obligación de comentarte lo mundano, lo del día a día de esta fiesta.
Por primera vez en muchos años, las sardinas están a un precio razonable y no escasean. hoy aparece en la prensa esta foto de
y ¿qué decir de la falla?: más Deportivo (que no levanta cabeza), mascarillas por fin a la hoguera, las consabidas brujas, .....
❤️
ResponderEliminarMuy emotiva como siempre..
ResponderEliminarY mi abrazo, como siempre.
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