viernes, 20 de agosto de 2021

BERENJEAS RELLENAS CON CARNE PICADA

 Cuenta la historia que desde el juzgado llevaron a Sancho Panza a un suntuoso palacio, adonde en una gran sala estaba puesta una real y limpísima mesa; y así como Sancho entró en la sala, sonaron chirimías y salieron cuatro pajes a darle aguamanos, que Sancho recibió con mucha gravedad.

Cesó la música, sentose Sancho a la cabecera de la mesa, porque no había más que aquel asiento, y no otro servicio en toda ella. Púsose a su lado en pie un personaje, que después mostró ser médico, con una varilla de ballena en la mano. Levantaron una riquísima y blanca toalla con que estaban cubiertas las frutas y mucha diversidad de platos de diversos manjares. Uno que parecía estudiante echó la bendición y un paje puso un babador randado a Sancho; otro que hacía el oficio de maestresala llegó un plato de fruta delante, pero apenas hubo comido un bocado, cuando, el de la varilla tocando con ella en el plato, se le quitaron de delante con grandísima celeridad; pero el maestresala le llegó otro de otro manjar. Iba a probarlel Sancho, pero, antes que llegase a él ni le gustase, ya la varilla había tocado en él, y un paje alzádole con tanta presteza como el de la fruta. Visto lo cual por Sancho, quedó suspenso y, mirando a todos, preguntó si se había de comer aquella comida como juego de maesecoral. A lo cual respondió el de la vara:



"No se ha de comer, señor gobernador, sino como es uso y costumbre en las otras ínsulas donde hay gobernadores. Yo, señor, soy médico y estoy asalariado en esta ínsula para serlo de los gobernadores della, y miro por su salud mucho más que por la mía, estudiando de noche y día y tanteando la complexión del gobernador, para acertar a curarle cuando cayere enfermo; y lo principal que hago es asistir a sus comidas y cenas, y a dejarle comer de lo que me parece que le conviene y quitarle lo que imagino que le ha de hacer daño y ser nocivo al estómago; y así mandé quitar el plato de la fruta, por ser demasiadamente húmeda, y el plato del otro manjar también le mandé quitar, por ser demasiadamente caliente y tener muchas especies que acrecientan la sed, y le que mucho bebe mata y consume el húmedo radical donde consiste la vida.



-Desa manera, aqueste plato de perdices que lleva el lacayo ahí asadas y, a mi parecer, bien sazonadas no me harán algún daño

A lo que el médico respondió:

Esas no comerá el señor gobernador en tanto que yo tuviere vida. 

-Pues ¿por qué? dijo Sancho

Y el médico respondió:

Porque nuestro maestro Hipócrates, norte y luz de la medicina, en un aforismo suyo dice:"Omnis saturario mala, perdicies autem pessima". Quiere decir "toda hartazga es mala, pero la de las perdices malísima". 

-Si eso es así, dijo Sancho, vea el señor doctor de cuantos manjares hay en esta mesa cuál me hará más provecho y cuál menos daño, y déjeme comer dél sin que me le apalee; porque por vida del gobernador, y así Dios me lo deje gozar, que me muero de hambre, y el negarme la comida, aunque le pese al señor doctor y él más me diga, antes será quitarme la vida que aumentármela.

Vuestra merced tiene razón, señor gobernador, respondió el médico, y, así, es mi parecer que vuestra merced no coma de aquellos conejos guisados que allí están, porque es manjar peliagudo. De aquella ternera, si no fuera asada y en adobo, aun se pudiera probar, pero no hay para qué. 

Y Sancho dijo: 

-Aquel platonazo que está más adelante me parece que es de berenjenas rellenas, por su diversidad de cosas que hay en tales rellenos no podré dejar de topar con algún relleno que me sea de gusto y de provecho.

A lo que el médico respondió: combinemos vegetales con un poco de carne, mezclemos gorrino y vaca mitad y mitad para hacer un relleno suave y llevadero para el estómago. 

Para ello, seguid mis instrucciones y haréis unas berenjenas rellenas que pervivirán siglos y siglos:


Tres berenjenas no muy grandes 

las abrimos a lo largo

les damos unos cortes en sentido longitudinal y transversal

después de colocadas en una bandeja de horno, añadimos un chorrito de aove y las introducimos en el horno a 180 ºC

mientras, picamos finamente un pimiento rojo

pelamos tomates y los casi trituramos

una cebolla grande y tres dientes de ajo


en una sartén con un chorro de aceite incorporamos el pimiento, la cebolla y los dientes de ajo


salpimentamos y cocinamos un poco 


mientras, ya están horneadas las berenjenas

que vaciamos con cuidado para no estropear la carcasa

empleando para ello una cuchara

cuando vemos que la cebolla está un poco transparente



añadimos la carne de las berenjenas previamente desmenuzada

mezclamos bien 

en un par de minutos incorporamos la carne picada, 500 gramos, mitad cerdo, mitad vacuno, que deshacemos minuciosamente

y mezclamos cocinando lentamente 

añadimos el tomate

mezclamos bien y cocinamos a fuego medio durante 30 minutos

vemos como el agua del tomate se va evaporando

paralelamente preparamos la bechamel 

30 gramos de mantequilla

y otros tantos de harina


añadimos leche removiendo sin parar

y aquí está el resultado de la salsa 




rellenamos las carcasas de las berenjenas

y cubrimos el relleno con la salsa bechamel

¿qué os parece?

 para completar el relleno, espolvoreé queso en polvo Grana Padano y, por encima, abundante queso emmental para gratinar



este es el resultado




El bueno de Sancho quedará satisfecho, ¡palabra!

Pero recuerda: "Come poco y cena más poco, que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago".

Extasiados ambos los dos, gobernador de Barataria y médico, se dijeron el uno al otro: Por favor, ríndete, no tienes escapatoria, ¿no sientes mis brazos rodeándote a modo de abracito?, pues eso, un abracito.

No lo dudes!! MÁS VALE UN TOMA QUE UN DOS TE DARÉ