Estaba la capital un poco alterada, eran tiempos con ganas de cambios, ya empezaban a proliferar fábricas e industrias en los alrededores de la ciudad, como esta, la de la foto, que nos animaba a dejar de lado la clásica madera y adoptar el moderno e imnovador aluminio. No es esto, decía la gente más sesuda y pensadora, queremos fábricas de productoos con valor añadido, tenemos la materia prima y no la queremos exportar para que se aprovechen otros.
Tanto protestaba la ciudadanía, que al que mandaba no le quedó más remedio que tomar cartas en el asunto. Aprovechando el sopor del verano, y que la mayoría del paisanaje estaba de siesta, (en esos años era con orinal y pijama) reunió a su Consejo en un pazo cercano a la Capital
que, por lo que se ve en esta foto testimonio de la reunión, parecía más bien una xuntanza de cazadores (al del fondo se le oyó murmurar eso de "Dios mío, haz que cace lo suficiente para que no tenga que mentir")
Parece ser que las negociaciones norte-sur fueron duras, así lo atestigua el acta final que dice (literal): "A propuesta de la presidencia, el Ayuntamiento Pleno acuerda por unanimidad elevar el más profundo agradecimiento de la corporación municipal y pueblo de la ciudad al Jefe, al Gobierno y al Ministro del ramo por esta mejora. Agradecimiento que extiende a la comisión constituida en la ciudad y presidida por el gobernador.
Además, ratifica el compromiso suscrito por la Alcaldía-Presidencia de la cesión y suministro de 10.000 metros cúbicos diarios de agua (o sea, 10.000.000 -diez millones- de litros de agua al día, como lo de ALTRI) durante cinco años, para las necesidades de la fábrica y demás (parece ser que los empleados eran de ducha diaria, de ahí viene el gasto excesivo de agua). Pues eso, aprovechando que en esos ayeres nadies loprotestaba, (y si alguno lo hizo, lo metieron para dentro),
levantaron en un pis-pas esta cantidad de hierros y cañerías que, la verdad, no era gran cosa, y la producción tampoco llamaba la atención por su abundancia y calidad. Algún nostálgico que otro, vecino de la zona, de cuando en vez se acordaba de las buenas lechugas que se cultivaban en este valle, pero ni caso, la fábrica comenzó a funcionar
con una producción bastante limitada. El producto, con ese valor añadido que exigía la ciudadanía, tardaba en llegar.....era todo algo borroso...
menos mal que, con el tiempo, se fueron incorporando nuevas técnicas, talentos y habilidades que dieron el impulso definitivo, y ese montón de hierros se convirtió en esa fábrica esperada y deseada por toda la ciudad,
y, ya, desde ese momento, empezó la producción en serie y en serio. Y en esas estamos, años y años fabricando buen hacer, compañerismo, amigos, .....buena gente...
Lo fácil ya lo hice, lo difícil lo estoy haciendo, y lo imposible tardaré, pero lo lograré
Libros, caminos y días, dan al hombre sabiduría
Estoy en paz con mi pasado y emocionado con mi futuro