domingo, 28 de febrero de 2016

GRUPO SENIOR - febrero 2016

Guió don Quijote, y habiendo andado como doscientos pasos, dio con el bulto que hacía la sombra, y vio una gran torre, y luego conoció que el tal edificio no era el alcázar, sino la iglesia principal del pueblo. Y dijo: -Con la iglesia hemos dado, Sancho-

Señor -dijo Sancho-, ya que vuestra merced quiere, aprovechemos y tengamos recuerdos y oraciones para todos nuestros compañeros de aventuras, que ahora viven en el Cielo de nuestra memoria,

foto cortesía de Xan Orzán - Juan Manuel Fariña González
y que ellos sabrán corresponder desde allá, desde lo más alto.


"Hechas, pues, estas prevenciones, no quiso aguardar más tiempo a poner en efeto su pensamiento, apretándole a ello la falta que él pensaba que hacía en el mundo su tardanza, según eran los agravios que pensaban deshacer, tuertos que enderezar, sinrazones que enmendar, abusos que  mejorar y DCP'S que repartir...."

"Quién duda sino que en los venideros tiempos, cuando salga a la luz la verdadera historia de mis famosos hechos, que el sabio que los escribiere no ponga, cuando llegue a contar aquella famosa salida tan de mañana para conquistar de una vez por todas el grandioso  y BONITO PALACIO de ORIENTE..."


"...En esto descubrieron treinta o cuarenta altos castillos que hay en aquella ciudad, y así, como Don Quijote los vio, dijo a su escudero: la aventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertaríamos a desear; porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubre de entre esos treinta o poco más desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla, y quitarles, sobre todo a este gallardo y alto palacio, todos los tesoros que guarda en su interior, y así, con esos despojos comenzaremos a enriquecer, que esta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra. ¿Que gigante? dijo Sancho Panza. Aquel que allí ves, respondió su amo, el de los nueve pisos como nueve leguas de alto que, seguro, ha de tener múltiples ascensores que nos facilitarán su conquista....." 

 .."mirad, señor, de aquí en adelante no os curéis de darme a comer cosas regaladas ni manjares "esquisitos", porque será sacar a mi estómago de sus quicios, el cual está acostumbrado a quesitos el caserío, sardinillas en aceite, bonito del norte con cecina, y si acaso dan otros manjares como el de palacio de oriente, los recibe con melindre y algunas veces con asco. Lo que el maestresala puede hacer es traerme estas que llaman ollas podridas, que mientras más podridas son mejor huelen......." Veamos, señor, que hay en este castillo.........

Sopa las más noches....

una olla de algo más de cerdo que de carnero

algún postre de añadidura los domingos

y un potente brebaje que lo mantendrá en vela largas noches.........
Lo primero que se ofreció a la vista de Sancho fue espetado en un asador de un olmo entero, un entero novillo, y en el fuego en donde se había de asar ardía un mediano monte de leña y seis ollas que alrededor de la hoguera estaban....
...... porque eran seis medias tinajas que cada una cabía un rastro de carne: así embebían y encerraban es sí carneros enteros, sin echarse de ver, como si fueran palominos; las liebres ya sin pellejo y las gallinas sin pluma que estaban colgadas por los árboles para sepultarlas en las ollas no tenían número......

También, Sancho, no has de mezclar en tus pláticas la muchedumbre de refranes que sueles; que puesto que los refranes son sentencias breves, muchas veces los traes tan por los cabellos, que más parecen disparates que sentencias, pero también te digo, que no hay nada mejor en este mundo de aventuras que sentarnos a las mesas juntos los caballeros y los escuderos, los labriegos y los de las industrias, los cabreros y los palaciegos, .... en fin, Sancho, compartamos una vez más estos manteles que, a falta de palominos, buenas son estas carnes de gorrinos......

si pulsas en una de las fotos las verás mucho mejor
 júntate a los buenos y serás uno de ellos

la experiencia es la madre de la ciencia

de altos espíritus es apreciar las cosas altas

cuando no estamos en la una estamos en la otra

bien predica quien bien vive

cada uno es como Dios lo hizo, y aún  peor muchas veces

buen corazón quebranta mala ventura


al bien hacer jamás le falta premio

un loco hace ciento y el amor hace mil


quien canta sus males espanta

más vale el buen nombre que las muchas riquezas

una onza de buena fama, vale más que una libra de perlas 

el vino demasiado no guarda secreto, ni cumple palabra

libros, caminos y días, dan al hombre sabiduría


siempre que enseñes, enseña a la vez a dudar de lo que enseñas


la verdad adelgaza, pero no quiebra

no desees y serás el hombre más rico del mundo

en casa llena, presto se guisa la cena

el saber y la razón hablan; la ignorancia y el error gritan


vale más buena queja que mala paga


quien las sabe, las tañe

el que sabe no habla, el que habla no sabe

el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho

una golondrina no hace verano

vale más buena esperanza que ruin posesión

cásame en hora mala, que más vale algo que nada


quien yerra y se enmienda, a Dios se encomienda

predicar en desierto, sermón perdido

donde una puerta se cierra otra se abre


al bien hacer jamás le falta premio

amistades que son ciertas nadie las puede turbar

dad crédito a las obras y no a las palabras

..."no más refranes, Sancho -dijo Don Quijote-, pues cualquiera de los que has dicho basta para dar a entender tu pensamiento; y muchas veces te he aconsejado que no seas tan pródigo de refranes, y que te vayas a la mano en decirlos; pero paréceme que es predicar en el desierto, y "cástigame mi madre y yo trómpogelas" .....
...."sacó Sancho de las alforjas hilas y ungüento; más cuando Don Quijote llegó a creer que perdía el juicio, puesta la mano en la espada y alzando los ojos al cielo, dijo: por favor, ríndete, no tienes escapatoria, ¿no sientes tu persona rodeada por uno de mis abracitos?, pues eso, un abracito

miércoles, 17 de febrero de 2016

CONEJO AL AJILLO CON SETAS Y ALMENDRAS

Era un profundo conocedor de su Karma, y sabía de antemano que de aquí a tres o cuatro vidas venideras, en una de ellas le corresponderá ser un conejo de pro, un conejo que satisfará los paladares más exigentes en los restaurantes más afamados. Por eso, le molestaba un montón el que en la literatura infantil de hoy en día, no hubiera ni un sólo cuento constructivo, educativo, dedicado a ellos,  los conejos. Sin embargo, los niños conocían de memoria los cuentos de otros animalitos, como "el león y el ratón, "el burrito descontento", 


"el pececito Nito", "el sapito saltarín", "la ranita encantada", ....., y así, un montón, incluso alguno dedicado a sus casi congéneres, las liebres; como veis, esto lo consideraba un agravio comparativo, es más, le dolía infinito esos comentarios groseros y chabacanos de gente insana y de mente enfermiza, que solamente se acordaban de ellos para compararlos con los o las del play boy, ¿será posible?, ¿qué tendrán que ver unos conejos con otros?, se preguntaba a si mismo una y otra vez sin encontrar respuesta.
Yo creo que todo esto, me refiero a no tener dedicado a nosotros ningún cuento, se debe a que no nos damos importancia, no nos valoramos lo suficiente, y digo más, nuestra raza somos motivo de mentira, y me explico, cómo es posible que algún cazador que otro tenga como oración preferida esa que dice: "Señor, haz que cace el suficiente número de conejos para no verme obligado a mentir"?.

Es por eso por lo que quiero contar una historia que le pasó a un pariente mío, para que veáis cómo somos los conejos:
"Cuentan que una vez, este pariente viajaba por el bosque junto con un grupo de conejos y, parece ser, y sin querer, dos de ellos se cayeron al fondo de un pozo muy profundo,


el resto de los conejos se arremolinaron alrededor del pozo y cuando vieron lo profundo que era este, le gritaron a los dos conejos que se habían caído, que era mejor que se prepararan para morir, ya que consideraban que les sería imposible conseguir salir. Los dos conejos no les hicieron caso y trataron de salvarse por todos los medios, empleando todas sus fuerzas para ver si lograban salir. Los conejos que estaban arriba mirando seguían gritando que era tontería tratar de ponerse a salvo que, por más que lo intentaran, no lo lograrían. Por fin, uno de los conejos pensó que lo que le estaban diciendo los de fuera, tenían razón, que no conseguiría salir, así que dejo de saltar, se rindió, se desplomó y se murió de un infarto.
El otro conejo continuó saltando con tanta fuerza como le era posible, y otra vez los conejos que estaban a salvo allí arriba, le gritaban que dejara de intentarlo, que dejara de sufrir y se preparara a morir en paz. Pero el conejo cada vez saltaba con más fuerza, tanta, que al final logró salir del pozo. Ya fuera, el resto de conejos, aquellos que le decían que se preparara para morir en paz, ahora le decían que se alegraban mucho el que se hubiera puesto a salvo "a pesar de lo que te gritábamos para que no te desesperaras intentando un imposible"

El conejo superviviente, muy ufano, les explicó que era sordo, que no tenía orejas porque las había perdido en un desafortunado accidente, y que pensó que los aspavientos que les veía allá arriba, eran ánimos para que se esforzarse más y así lograra salir del pozo. (también reconoció que le había ayudado mucho unas zanahorias energéticas que siempre llevaba consigo).


Y para que veáis que digo la verdad, les dijo, aquí tenéis mis orejas postizas, ¿qué os parece? ¿veis?, esta sordera, esta deficiencia me salvó de una muerte segura si hubiera escuchado vuestras recomendaciones.
¿Tiene alguna moraleja esta aventurilla que os cuento y que sucedió no hace mucho? Hombre, de moralejas no se mucho, a no ser aquella que nos machacaba en los años sesenta, aquella de "compre una Agni y 


tire la vieja"..... Quizás los de mi edad hemos repetido bastantes más veces esta moraleja, la de la estufa,  que aquello de "estudias o trabajas", frase indispensable para empezar la conversación propia de un baile "agarrao" 
Bueno, en llegando a este punto, creo que está claro el cómo somos los conejos, unos seres bastante normales, entrañables, como para que algún creativo nos haga algún cuento ilusionante, de esos que hacen soñar a niños y mayores. Saber que, en contraposición, nuestra carne es sana, sin gramo de grasa, y nos preparamos de mil maneras y de mil sabores; os cuento la número trescientos cuarenta y dos, que es la del título de este post:

CONEJO AL AJILLO CON SETAS Y ALMENDRAS


Cómo veis, he incorporado a la cocina una tablet que, como buen principiante, es una ayuda inestimable para no olvidarme de nada en la preparación de algún que otro plato de mucha cocina.

Medio conejo es suficiente -es casero y pesan algo más de dos kilogramos-, setas, almendras, aceite de oliva virgen extra,


vino blanco, una cabeza de ajo, pimienta blanca, romero, tomillo y sal es el armamento necesario para esta guerra.


Lavo y troceo el conejo


trituro un poco,  ciento y algo gramos de almendras


troceo 300 - 400 gramos de setas y pelo los dientes de ajo


en una sartén con aceite de OVE doro los dientes de ajo enteros y las almendras trituradas 


un tanto así, que cojan colorcillo los ajos y las almendras,


que retiro del aceite con una espumadera y reservo


en ese mismo aceite sofrío los trozos de conejo,


cuando estén dorados, añado un vaso de vino blanco 


dejo que el fuego elimine el alcohol del vino por espacio de ocho o diez minutos



añado a continuación los ajos y almendras que había reservado


y aquí lo tenéis, después de 20 - 30 minutos a fuego medio, y ya con la salsa espesa este es el aspecto del conejo del cuento, el que se sentía menoscabado por no tener dedicado ninguno.


Dios mío, menudo sabor, será por el ejercicio que hizo cuando saltaba al tratar de salir del pozo?


Seguro que repetiré este plato, porque es 
"UN DESPARPAJO GUISAR CON AJO"
y porque ya lo dice el dicho:
CONEJO, PERDIZ O PATO, VENGA AL PLATO

hay un traje que se amolda a todos los cuerpos: UN ABRAZO.

Esto me recuerda eso de: Por favor, ríndete, no tienes escapatoria, ¿no sientes tu persona rodeada por uno de mis abracitos? pues eso, un abracito