martes, 14 de enero de 2014

CONEJO CON CIRUELAS Y OREJONES

Lo de las fábulas con moraleja son historias de nuestra infancia que no están demás, según qué circunstancias......


Escribo esto porque viene a mi memoria el "cuento-fábula" del perro y el conejo, ¿os acordáis?, si hombre!, aquel padre que le compró un conejo a sus hijos, y su vecino también compró un cachorro pastor alemán a los suyos, que eran amigos de los anteriores; surge el conflicto, porque piensan que el pastor acabará comiéndose al conejo, pero no pasará nada de eso. El pastor alemán, como todavía era un cachorro acabó haciéndose amigo del conejo, y era habitual ver al conejo en el jardín del perro y al revés, ver al perro en el jardín del conejo. 
Un viernes, el dueño del conejo se fue a pasar el finde a la playa con su familia; la tarde de ese domingo el dueño del perro y su familia estaban en su jardín descansando cuando vieron aparecer a su perro con el conejo entre los dientes; el conejo estaba manchado de sangre y tierra y, además, estaba muerto. Les faltó tiempo para darle una paliza al perro mientras decían: El vecino tenía razón, y ahora, qué haremos?. La primera reacción fue echar al perro de la casa como castigo ejemplar, además de las "caricias" que ya le habían dado. Anochecía y eso era señal que los vecinos no tardarían en llegar. Uno de los niños tuvo una idea: Bañamos al conejo para que esté limpio, le secamos el pelo con el secador y lo acostamos en su casita en el patio de los vecinos; así lo hicieron y, la verdad, parecía como si estuviera durmiendo.
Al poco rato se sintieron los gritos de los niños del vecino y poco después apareció en casa el dueño del conejo;  ¿qué pasó? le preguntó, 
-el conejo murió
-murió?
-si, murió el viernes
-murió el viernes?
-si, fue un poco antes de irnos de viaje a la playa. Los niños decidieron enterrarlo en un rincón del jardín.
¿qué pasó después con el perro? Ahí viene la moraleja, que en este caso la dejo a vuestra elección, pero
ESTÁ CLARO QUE LAS APARIENCIAS ENGAÑAN
Ahora bien, no entiendo esto de los conejos mascotas, partiendo de la base que yo los crío y sería incompatible mascotear con lo comestible; aunque os parezca mentira, podéis creer que sí son sabrosos de verdad y encima, ellos mismos, los conejos, se lo creen, si no, no se explica esta leyenda hindú: Cuentan que muy antiguamente unos


dioses hindúes visitaron la Tierra y cada uno de los habitantes del bosque se preparó para hacerles una ofrenda: La vaca los agasajó con leche, el lobo con un trozo de carne, el oso con un panal de miel, haciendo que los dioses se sintieran muy complacidos por el esfuerzo que cada animal les ofrecía. Al final de la tarde, los dioses llegaron a la morada del conejo y  quedaron sorprendidos cuando vieron que estaba esperándoles cómodamente sentado junto a una hoguera, sin tener preparado ningún regalo ni ofrenda. Los dioses, un poco molestos, le reprocharon con un ¿acaso no tienes ningún regalo para nosotros? El conejo les dijo: Es un honor para mí tenerlos en mi casa, aquí, en este paraíso de Mera, y les digo que busqué por todo el bosque con la ilusión de encontrar algo de su agrado, y no fui capaz de hallar nada digno de ustedes. Pensé que a esta hora de la noche estarán hambrientos, por eso les pido que se sienten alrededor de la hoguera porque les voy a entregar lo más valioso que tengo y, dando un salto, se lanzó al fuego con ánimo de asarse y ofrecerse como alimento de los dioses. Estos, sorprendidos por la generosidad del conejo, lo rescataron del fuego y le dijeron: Conejo, de hoy en adelante vivirás en la cara luminosa de la Luna para que todos aquellos que la observen, recuerden que la principal característica del amor es la entrega.



Por eso, desde ese lejano día, cada vez que observamos la Luna cuando está llena, vemos como en su cara luminosa se distingue un sabroso conejo dispuesto a sacrificarse para que lo preparemos con ciruelas y algún que otro orejón, como si fuera plato de fiesta o, por lo menos, plato de domingo; os cuento: 


Ponemos a remojo en agua (40-50 minutos) unos cuantos orejones y similar de ciruelas 


en una sartén calentamos abundante aceite de oliva 


 doramos el conejo 


por ambas partes


cortamos dos zanahorias, una cebolla y tres dientes de ajo (enteros)


pasamos el conejo a una tartera, salamos y le añadimos un poco de romero


y, en el mismo aceite de dorar el conejo, pochamos las zanahorias, la cebolla y los dientes de ajo enteros


cuando esté todo "preparadito"


lo añadimos 


bien distribuido 


sin olvidarnos del tomate triturado -250 gramos-


amigos, esto ya empieza a adquirir color


ahora es el momento de añadirle vinagre de Módena, el vino Porto o similar y los orejones y las ciruelas,


tres o cuatro cucharadas de vinagre,


medio vaso de jerez,


los orejones y las ciruelas.


Para acompañar, preparamos unas patatas pequeñas, o las cortamos en trozos generosos


que freímos ligeramente en abundante aceite,


y las pasamos a una tartera, le añadimos unas cucharadas de la salsa del conejo,

 
agua, sal y un chorro de vino blanco,


les damos un hervor y "sefiní"


¿qué os parece? Para mí, quizás el mejor sabor de la carne de conejo.


y como compañero, un vino Mencía, Rectoral de Amandi,  en este caso. Lo dicho, comida de domingo, !palabra!
Amigos, hoy me tomo la libertad de daros dos consejitos:
1º.-por favor, no te lo pierdas, prepárate así un conejito cualquier día de fiesta, no te arrepentirás.
2º.-por favor, ríndete, no tienes escapatoria, ¿no sientes que tu persona está rodeada por uno de mis abracitos? pues eso, un abracito


P.D.: En las fotos veréis que no es un conejo entero, y me explico: es un conejo casero que pesa alrededor de 2,5 kilogramos, por lo tanto, medio es más que suficiente para los comensales de hoy.

3 comentarios:

  1. Me dieron ganas de hincarle el diente; pero me remordió la conciencia, con el cuento de lo sacrificados que son los conejos. Estoy de acuerdo en que algunos animales no pueden ser mascotas, pero para gustos flores. Te devuelvo el abrazo.

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  2. Yo, para superar el posible trauma al comer conejo, he decidido cuando les doy la comidita diaria, pasar a su lado haciendo como si no los viera, como haciéndome el despistado. Oye, de momento está dando resultado esta "técnica", y es que al principio, cuando empecé a criarlos, hasta les ponía nombre. !Un caso!.
    Un abracito.

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  3. Desde luego que lo voy a preparar asi,la receta tiene buena pinta.

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