jueves, 24 de mayo de 2012

FEANS

Galicia, nuestra Galicia, la del Noroeste de España, la privilegiada entre las privilegiadas, la del suave clima, la de los verdes paisajes, la Galicia de las playas, la de las rías, la Galicia de la buena gente,............y así podríamos seguir hasta agotar todo el papel en donde escribir; pero hoy amigos, hoy toca comida, o sea, hablar de manjares, lo que la gente que se dice de bien, llama gastronomía. Es Galicia, un paraíso gastronómico,  con sus gallegos inmensamente cultos en la materia (por tierra, mar y aire), que no paran de estudiar con dedicación y, en muchos casos, robando horas al sueño para ampliar conocimientos; esa cultura que no se cansa de aplicar el dicho de siempre, el de toda la vida, y que dice "a Dios rogando y con el mazo dando" y ¿en dónde dan los gallegos  con el mazo a modo de entrenamiento? Pues dan mazazos a diario (o cada dos días, tampoco hay que exagerar) en las fiestas o exaltaciones gastronómicas. El gallego de bien suda de tanto entrenar. Oye, ¿qué vas a hacer este finde?, na, el sábado voy a exaltar un poco el queso de tetilla y el domingo me toca festejar otro poco el pimiento de Padrón. Es "UN SIN PARAR TODO EL AÑO"; empiezas con la del chorizo en Vila de Cruces el día 4 de febrero, sigues por la del cocido de Lalín el  domingo anterior de carnaval,

la del queso gallego en marzo (Arzúa),

ostras en abril (Arcade),


choco en mayo (redondela),
percebes,

marisco,

empanada, mejillones, pan, filloas, y así hasta cerca de cien y sin contar las infinitas sardiñadas, mejillonadas, churrascadas, .... que se prodigan en todas las fiestas de pueblos, barrios y aldeas.   
Si Cervantes hubiera nacido y vivido en Galicia posiblemente no existiría el Quijote. Aquí no hay sitio para la frugalidad del hidalgo manchego: "una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las noches, duelos y quebrantos (casquería) los sábados, lentejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda" .... Leyendo esto ¿mé dais la razón?, y eso que todavía no llegué al plato fuerte

pues os cuento: En el corazón industrial de La Coruña ciudad, está el barrio de Feans,  cuyo significado etimológico es "campos  de heno, heno abundante" como Alcalá de Henares pero en gallego, y mira por donde............


"Despertó (Sancho Panza), en fin, soñoliento y perezoso, y volviendo el rostro a todas partes, dijo: De la parte desta enramada de HENO, si no me engaño, sale un tufo y olor harto más de torreznos asados y chicharrones al estilo Feans, que de juncos y tomillos: fiestas que por tales olores comienzan, para mi santiguada que deben de ser ABUNDANTES Y GENEROSAS"

y no se engañaba Sancho viendo la propuesta de la asociacion de vecinos "O FREIXO" (fresno en castellano), que por cierto, 

el horóscopo celta muestra las distintas personalidades de los espíritus de los árboles o driadas. A cada mes del calendario celta se le asoció un árbol específico. Los druidas (sacerdotes celtas), os nosos devanceiros  (nuestros antepasados), crearon un horóscopo con 21 árboles, relacionando cada uno de ellos a una época específica del año. O´ FREIXO, fresno, le corresponde del 25 de mayo al 3 de junio y del 22 de noviembre al 1 de diciembre y predice AVENTURA, CARISMA Y LIDERAZGO.
Y ahora, hablemos del cerdo. No diré que "me gusta hasta sus andares", ni "sí o porco voara", ni "me gusta hasta el rabo", no, no lo diré. Diré el secreto de "EL SECRETO" del cerdo

ya veis en donde está el susodicho secreto, en la parte superior derecha de la pata delantera (paleta)

es una pieza de alrededor de 150 ó 200 gramos. Dicen algunos que tiene ese nombre por lo escondida que está y otros dicen por lo sabrosa que es y que los carniceros se la guardaban en secreto, sin que nadie los viera,  para consumo propio. En esta foto se ve claramente la grasa entreverada, señal y presagio de sabores inconfesables.......

¿cuántos secretos in y con-fesados guardan estas tarteras?
Menuda intendencia; casi se pierden de vista, en lontananza......

pues el secreto confesable de estos chicarrones al estilo FEANS está en cocerlos en grasa de cerdo, un poco que se le añade y otro poco la entreverada que suelta la propia carne al cocerla

veña, a ferver.....o sea

hora y media o dos horas cociendo 

bajo supervisión de manos expertas

hasta que quedan así, doraditos y sabrosísimos


y servidos como en los mejores

restaurantes


y si Sancho se dio por enterado con el "tufo",


en Feans nos avisaron con "foguetes de catro estalos"

 que ya era la hora de entrar en los comedores tan grandes como refectorios del medievo

fijaros cuantos gallegos ilustres e ilustrados esperando turno para "entrenar" con los chicharrones

previo estiramiento y calentamiento a base de

tortas de "rixiós" ou "roxós",

empanadas

diversas y

de sobremesa, como se dice en Galicia, la larpeira, dulce típico de los de verdad, con

su correspondiente "ai lalelo, ai lalalo"

al café (de pota), el Sr. Presidente de "O FREIXO" nos dirigió unas sentidas palabras para convencernos que no éramos únicos en la cantidad y calidad de viandas que habíamos comido, que ya había un precedente en una fiesta que se hizo para celebrar una o unas bodas.........., eso si, unos cuantos años atras............


… donde se había de asar ardía un mediano monte de leña, y seis ollas que alrededor de la hoguera estaban no se habían hecho en la común turquesa de las demás ollas, porque eran seis medias tinajas, que cada una cabía un rastro de carne: así embebían y encerraban en sí carneros enteros, sin echarse de ver, como si fueran palominos ; las liebres ya sin pellejo y las gallinas sin pluma que estaban colgadas por los árboles para sepultarlas en las ollas no tenían número; los pájaros y caza de diversos géneros eran infinitos, colgados de los árboles para que el aire los enfriase. Contó Sancho más de sesenta zaques de más de a dos arrobas cada uno, y todos llenos, según después pareció, de generosos vinos; así había rimeros de pan blanquísimo como los suele haber de montones de trigo en las eras; los quesos, puestos como ladrillos enrejados, formaban una muralla, y dos calderas de aceite mayores que las de un tinte servían de freír cosas de masa, que con dos valientes palas las sacaban fritas y las zabullían en otra caldera de preparada miel que allí junto estaba.
Los cocineros y cocineras pasaban de cincuenta, todos limpios, todos diligentes y todos contentos. En el dilatado vientre del novillo estaban doce tiernos y pequeños lechones que, cosidos por encima, servían de darle sabor y enternecerle. Las especias de diversas suertes no parecía haberlas comprado por libras, sino por arrobas, y todas estaban de manifiesto en una grande arca. Finalmente, el aparato de la boda era rústico, pero tan abundante, que podía sustentar a un ejército.
Todo lo miraba Sancho Panza, y todo lo contemplaba y de todo se aficionaba. Primero le cautivaron y rindieron el deseo las ollas, de quien él tomara de bonísima gana un mediano puchero; luego le aficionaron la voluntad los zaques, y últimamente las frutas de sartén, si es que se podían llamar sartenes las tan orondas calderas; y así, sin poderlo sufrir ni ser en su mano hacer otra cosa, se llegó a uno de los solícitos cocineros, y con corteses y hambrientas razones le rogó le dejase mojar un mendrugo de pan en una de aquellas ollas. A lo que el cocinero respondió… UN ABRACITO, como siempre


La frase:
DIOS JUSTICIERO, GRACIAS POR EL PUCHERO!
 
Otra vez un abracito










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