miércoles, 30 de octubre de 2013

EL DEPORTIVO - EL OREO

Hay dos temas importantes que rondan estos días por mi cabeza, me preocupan y casi, casi me desvelan, o sea, no duermo, me quitan el sueño;




el primero es el estado del Deportivo actual, como juega en casa, y es que se le están escapando puntos sin ton ni son, puntos perdidos que, valga la redundancia, hacen perder el sueño a muchos siadeiros -seguidores-. Su entrenador, conocedor del "tema", nos hace un "sencillo" análisis de la situación y dice:  "Nos falta un poco de convicción para pisar área, capacidad de penetrar, más determinación y confianza, cierta fluidez en juego ofensivo, ritmo, recuperar la pelota y volver atacar. Algo musical es lo que nos falta. Con el paso del tiempo espero que vallamos mejorando"(sic)  http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=1518084
Claro, así con todo esto, con todas estas carencias, no hay chica que te baile. A estos jugadores había que meterlos en una máquina del tiempo, retrotraerlos a épocas no tan pasadas y llevarlos a cualquier sala de fiestas y soltarlos allí, en pleno apogeo de cualquier tarde-noche de baile para que se buscaran la "vida".

Haz un ejercicio de imaginación: Chica guapa del baile, cola de ocho o diez mozos esperando turno para invitarla a bailar y tu, que vas por el medio, o sea, que estas de quinto o sexto y sólo oyes un no, otro no y otro, y que te vas acercando, que llega tu turno, pues eso, imagínate, y cuando te toca, como si en ese lance te jugaras la vida, te acercas en plan pusilánime, en plan flojo, sin confianza, sin fluidez en tus gestos de aproximación, sin ritmo,....... ¿marcarías algún gol con esta actitud?; quita de ahí, por favor. Así, de esa forma, no marcas ni uno, ni aun estando separados los dos pilares humanos por 8 yardas -7,32 metros- que parece ser es lo que  mide una portería futbolera; al hilo de esto, me viene a la memoria un detalle que me pasó años ha : estaba en un baile una chica muy guapa acompañada de otra tremendamente fea, me acerco  y le digo a la guapa ¿bailas? !!NO!!, ¿y eso? le pregunto, ""ESO"" es mi amiga, me contesta la guapa, y tampoco baila. !Menuda! son algunas amigas (para otras, claro).  Pues eso, por favor, jugadores del Depor, coger (adquirir) determinación y confianza y en vez de entrenar regateando y eso,  invitar a bailar a las chicas, aunque sea, si es necesario, que reabran las salas de fiestas de antaño que prometo, si eso fuera así, darme un garbeo para recordar tiempos, !y que tiempos!.  
El otro asunto, y no menos "grave" por ir de segundo, es el tema del OREO. Claro, fácil, si lo enfocas por el lado de los crucigramas cuando te preguntan: "orear la ropa" y tu, todo ufano, escribes clarear; pero no, amigos, este mi blog no es un blog resuelve crucigramas, faltaría más; este mi blog quiere, pretende ir un paso más allá, un paso más hacia algo en concreto, algo que sirva o sea un paso hacia la solución definitiva,


y es que hay pasos, pisadas que dejan huella -pegada en gallego- y !atento!, esas no se olvidan. 

Como la de este abuelo enseñando al niño ¿nieto? a dar buena cuenta de una galleta Oreo. Dice el diccionario de la lengua que "lenguaraz" es un adjetivo que califica a la persona como atrevida en el hablar, pero aquí, por lo que se ve, el lenguaraz del abuelo peca más de ejercer de camello que de lengüita de trapo,

  y a las pruebas me remito. Nos cuenta esta noticia que unos científicos han concluido un estudio en ratones que ha determinado que las galletas de chocolate marca Oreo pueden generar una adicción similar a la que causa la cocaína y activa más neuronas que la cocaína en el llamado "centro de placer" del cerebro, el "nucleus accumbens".

Aquí tenemos, en este cráneo seccionado el lugar exacto en donde se encuentra el accumbens ese, que para que se sienta satisfecho, el humano de bien tiene que estar "dale que te pego" a los pecados más capitales, más determinantes en eso de las adicciones, y que son: la alimentación, la copulación (el sexo, !!coño!!) y los videojuegos (carta blanco, maestro del veintiuno, castillo de naipes, etc).
Ya lo decía el sexagenario que me precedió: "Todo lo que me gusta, o es pecado o engorda", y es que amigos, la sociedad moderna tiene que evolucionar, tiene que cambiar de pecados, tiene que olvidarse de la gula y volver a la angula, que eso sí que era pecar, y no digamos si eran al ajillo.

Volviendo a las galletas Oreo y al estudio en donde llegaron a la conclusión de que son más adictivas que la cocaína,

no se, no se, si esto del comportamiento de  las ratas es de fiar

y es que al final, igual que pasa con las personas, siempre hay una que tira por la calle del medio y rompe con todos los esquemas.

Ahora bien, no me extraña que hoy en día los ingenieros más demandados sean los que tienen la especialidad de fabricantes de galletas. Ya no valen las galletas que haces tu en casa con un poco de harina, huevo y azúcar, no, las que son buenas de verdad son las fabricadas con toda esta serie de pomadas que sólo se le pueden ocurrir a unos señores muy estudiados, muy cultivados en el arte del fogón,

y es que, amigos, ¿puede el común de los mortales manejar con soltura esta ristra de condimentos?.
No se, no se, amigo, no se que decir sobre todo esto pero sí puedo dar un consejito: Por favor, ríndete, no tienes escapatoria, ¿no sientes que tu persona está rodeada por uno de mis abracitos? pues eso, un abracito.
La frase:

Este buen hombre es, parece ser, Plutarco, y hace unos años, bastantes, decía:
DISFRUTAR DE TODOS LOS PLACERES ES INSENSATO; EVITARLOS, INSENSIBLE


2 comentarios:

  1. Quien no fue al Seijal!!!buffffff,q poco me gustaba,jajaja,Miguel tu eres como una biblioteca q barbaro!!!sigue asi me entretienen tus blogs....Un abraciño!!!! Hermi.

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    1. En mi caso tampoco me gustaba mucho el Seijal; será que las pocas veces que fui no tuve mucho éxito. Lo menciono porque es de las pocas salas de la época que tienen fotos para el recuerdo en Internet. De todas las maneras no estaría demás poder retroceder en el tiempo (por una sola vez) y marcarse un pasodoble de los de el ahora reconocido Manolo Escobar.
      Gracias por leerme y por tus comentarios
      Un abracito, como siempre

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