PIMIENTOS RELLENOS CON CARNE PICADA

La Santa María fue la más importantes de las tres naves que usó Colón en el viaje que culminó con el descubrimiento de América. Se la conoce tradicionalmente como una carabela, aunque técnicamente se trató de una nao. Más grande con dos cubiertas, dos castillos y bodegaje mayor capacidad.

Velocidad: 7.4 km/h (4 nudos)

Capacidad de carga 200 toneladas

Mástiles 3

Velas 5

Calado 2.5 metros.

Tripulación: 40 hombres. Los mismos eran españoles de Palos y Moguer. Cuatro de ellos eran ex convictos. El almirante era Colón.

Fray Bartolomé de las Casas, religioso español, defensor de los derechos de los indígenas en los inicios de la colonización de América. Pasó a las Indias diez años después de su descubrimiento, en 1502; en La Española (Santo Domingo) se ordenó sacerdote en 1512 (fue el primero que lo hizo en el Nuevo Mundo) y un año después marchó como capellán en la expedición que conquistó Cuba. Conmovido por algunos  abusos de los colonos españoles hacia los indígenas y por la gradual extinción de éstos, emprendió desde entonces una campaña para defender los derechos humanos de los indios; para dar ejemplo, empezó por renunciar él mismo a la encomienda que le había concedido el gobernador de Cuba, denunciando dicha institución castellana como una forma de sometimiento de los indígenas. Este hombre bueno, honesto y culto, tuvo el buen gusto de transcribir los viajes de Cristóbal Colón y, aunque lo hizo cincuenta años después, la forma de glosarlos es determinante en el conocimiento de los sucesos y pensamientos de aquellos días. ¿A qué viene esto del bueno de fray Bartolomé? Pues viene que busca que busca, encuentras que en el diario de a bordo del primer viaje de Cristóbal Colón, versión fray Bartolomé de las Casas, en el apartado 11, el día 15 de enero de 1493, martes para más señas, decía:  tras especificar que allí a donde llegaron, la isla de La Española, había mucho algodón y muy fino y luengo, y hay muchas almácigas, y parecíale que los arcos eran de tejo, y que hay oro y cobre; también hay mucho AJÍ, QUES SU PIMIENTA, DELLA VALE MÁS QUE PIMIENTA,  Y TODA LA GENTE NO COME SIN ELLA, QUE LA HALLA MUY SANA; PUÉDENSE CARGAR 50 CARABELAS CADA AÑO EN AQUELLA ESPAÑOLA.

Bueno, pues desde este mismo día empezó a extenderse el  uso del ají, pimiento, por la vieja Europa. Con sus múltiples variedades en formas y sabores ya no es posible pensar en una cocina mediterránea sin su presencia.

Hoy hacemos los honores con una receta de pimientos morrones rellenos de carne picada al estilo NOELIA (mi hija)

Manos a la obra:

sal pimentamos 800 gramos de carne picada (500 de ternera y 300 gramos de cerdo)

se mueve un poco la carne para mezclar bien

pochamos una cebolla

y medio pimiento verde

empezamos a preparar y lavar los pimientos. Elegiremos unos no muy grandes y que tengan forma aducuada para que se mantengan en pie.

sacándoles las "tapas", las semillas y los nervios blancos. Secamos bien

cuando esté pochada la cebolla y el pimiento, es el momento de añadir la carne picada

mezclando bien

añadimos un vaso de vino blanco

y salsa de tomate

mezclamos y dejamos que se haga un poco a fuego lento

en otra sartén preparamos una bechamel al estilo de tostar primero la harina

añadiendo a continuación la leche caliente. Podemos utilizar caldo de carne en vez de leche.

removiendo bien

cuando esté la bechamel, la añadimos a la carne picada

mientras, en una sartén con "nada" de aceite, pasamos un poco los pimientos.

En una olla rápida, preparamos caldo de carne.

y llega el momento de llenar los pimientos

y añadir un poco de caldo de carne para cocerlos hasta que estén blanditos (30 minutos aprox.)

reservando un poco para prepar el arroz en blanco.

y a servir. Si es posible, sacamos la piel de los pimientos.

y aquí está el plato: Pimiento relleno, arroz y un poquito de caldo.

Plato laborioso pero excelente

La frase:

EN TU LUCHA CONTRA EL RESTO DEL MUNDO, TE ACONSEJO QUE TE PONGAS DEL LADO DEL RESTO DEL MUNDO (Franz Kafka)

P.D. (después de la data) : Dedicado a mi primo Pepín, intrépido marino y miembro destacado de la Armada Española.

Un abracito